miércoles, 24 de enero de 2024

Francisco Gómez Cañete



Francisco Gómez Cañete nacido el 18 de agosto de 1912 en el seno de una familia labradora, en un lugar de Los Pechos de Cártama, entre el Arroyo Peral y La Saucedilla, zona que aún se conoce como Los Gómez.

Hijo de Francisco y María.

Su padre les abandonó pronto; cuando Francisco apenas tenía tres años, decidió marcharse a América para ver si allí había mejor suerte para él y su familia, pero nunca más volvieron a saber de él.

Francisco y su hermano Antonio, que tendría entonces unos siete años, quedaron como cabezas de una familia de seis miembros, además de ellos dos, estaban sus tres hermanas, María, Isabel, Remedios y su madre, María Cañete Camuña. Francisco con apenas 17 años, trabajaba de sol a sol, en el Cortijo Supraviela, en la Estación de Cártama para alimenta a su familia.

Afiliado como su hermano Antonio al Sindicato Único de Campesinos y Oficios Varios de Cártama.

Llegada la Guerra Civil, fue reclutado por el ejército republicano. Su hermano Antonio, que no quiso dejarlo ir solo, también ingresó en el ejército para acompañarlo.

En Valencia fue hecho prisionero Antonio y los dos hermanos se separaron definitivamente. De Francisco no vuelve a saber nada su familia hasta que en 1940 su madre recibe una carta en la que cuenta que era prisionero de los nazis.

Al acabar la guerra tuvo que huir de España, como otros muchos republicanos, y buscó refugio en el Campo de refugiados de Argüelles (Francia), uno de tantos que se habilitaron en el país vecino, y que no pasaba de ser un gran llano cercado en el que debían improvisar cada familia su refugio.

Con la llegada del gobierno francés de Vichy, en plena Segunda Guerra Mundial, los republicanos españoles fueron mandados al frente o entregados a la GESTAPO; así que Francisco fue un día cargado como ganado, junto con unos cuarenta españoles más, en un vagón de madera. Apiñados unos sobre otros, viajaron sobre sus propios excrementos sin conocer su destino, las puertas no se volvieron a abrir hasta que llegaron a Mauthausen, (Austria). Allí, los soldados de las SS los condujeron durante cuatro kilómetros, a pie y a golpes, hasta el campo de concentración, con el continuo insulto “Rotspanier”, que con el tiempo aprenderían que significa “rojos españoles”.

A la entrada al campo, un fuerte olor a carne quemada les impactó en la cara, algunos supervivientes cuentan que también olía a almendras amargas. Nada más entrar los desnudaron en el patio, donde se registraban temperaturas de más de diez grados bajo cero; seguidamente separaron hombres de mujeres, jóvenes de viejos. Los ancianos, por ser considerados inútiles, fueron gaseados los primeros. Los demás se despiojaron, se marcaron con un número, y se les dio para vestir el “drillich” o traje a rayas que llevaba un triángulo azul y una “S” blanca de “Spanien”.

Es difícil saber cómo murió Francisco, el trabajo era muy duro y los presos apenas pesaban 30 kilos por el hambre; puede que fuese picando en la profunda cantera; o subiendo los 186 peldaños de acceso a la misma, donde también murieron muchos de agotamiento; o por la noche mientras dormían en el barracón, donde también fallecían de frío. Lo único cierto es que fue el 22 de abril de 1941, por la trascripción que se ha hecho de los documentos que recogieron los aliados cuando fue liberado el campo.

Mientras, en Cártama, su familia no había perdido la esperanza de que un día Francisco regresara, y no dejaba de escribir cartas al consulado alemán. Pero no habría respuesta; hasta 1962, en que recibieron una carta de Cruz Roja Internacional comunicando que Francisco Gómez Cañete, había fallecido en Mauthausen. Pero su madre María Cañete se negó a creer lo que decía aquella carta, y así murió.

Hoy, una de las principales avenidas de la Estación de Cártama lleva su nombre.

Fuentes: Escrito de Fernando Bravo Conejo en www.todoslosnombres.org.
Y diario Sur de Málaga http://www.diariosur.es/sociedad/malaguenos-holocausto-20180125192342-nt.html

 

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