Francisco García García (alias “Paco el tabarrito”)
natural y vecino de Alora, edad 23 estado civil soltero, hijo de Benito García
Bueno y Leonor García Navarro y con domicilio en Arroyo Morales de esta
localidad.
Nada más iniciado el golpe de estado contra la república,
Francisco, junto a unos compañeros, se van voluntarios a vigilar los caminos y carreteras
de Álora al servicio de la república. Desde los diecisiete años, Francisco
estaba afiliado al Sindicato Único General de Trabajadores de Álora, adscrita a la Confederación Nacional del Trabajo
(CNT).
Su padre Benito García Bueno fue fusilado el 5 de abril
de 1937 en la que llamaron la noche de los 60
pues en esa noche fusilaron a 63 hombres y una mujer en el castillo
cementerio de Álora.
Tras la muerte de
Benito padre, los hermanos Francisco y Benito intentan pasar a Córdoba, zona
todavía en manos republicanas, junto con un grupo de compañeros, pero son
detenidos en Villanueva de la Concepción. Están quince días presos en una
escuela, quedando en libertad gracias a la intervención de Juan Espíldora, un
conocido de Álora, con la condición de presentarse ante la Guardia Civil para
que decidan su suerte. Benito lo hace. Paco no, dice que tiene otros planes. A
los veintiún años, Paco se marcha a la sierra junto con otros para ser
guerrillero. Decide estar en la retaguardia, pero seguir luchando. Según sus
familiares, cuando se va a la sierra dice: A mí no me cogerán vivo.
Álora en esa fecha es un fortín de militares franquistas.
Se ha convertido en un pueblo donde el cuerpo del ejército de regulares moros y
legionarios campa a sus anchas. La Guardia Civil va al Arroyo Morales a detener
a Paco, ya que no se ha presentado ante ellos como tiene que hacer tras ser liberado,
pero Benito llega antes y le da aviso a su hermano para que huya. Paco sale
corriendo por la parte de atrás de la casa con las balas silbándole sobre la
cabeza, huyendo definitivamente a la sierra antes de lo previsto.
Francisco García García crea en 1937 la partida de guerrilleros conocida por los Tabarritos.
Haciendo honor al mote por el que se conoce a su familia. Le acompaña Andrés
Giménez (a) El Montúo, Antonio Pardo de Casarabonela y Joaquín Márquez Romero
que vive en Sierra de la Fiscala.
Muerte de Francisco García García el Tabarrito.
En su último encuentro, Paco le explica a Benito la
amistad que ha hecho con dos cabreros del cortijo Las Morenas, emplazado en el
camino que va desde Yunquera a Ronda. Estos amigos son sus enlaces y el cortijo
su base de apoyo. Una noche de sábado del mes de junio de 1938, Paco, el Montúo
y Antonio el de Casarabonela, están invitados a cenar en casa de sus amigos.
Esperan tras unos arbustos a que le hagan la señal de que no hay peligro. Esta
señal consiste en poner un candil encendido en la puerta. Al ver la señal, los
tres guerrilleros se acercan a la casa y entran. Dentro esperan tres hombres y
una mujer. Las armas las dejan detrás de la puerta salvo Antonio, el de
Casarabonela, que se deja la pistola al cinto. Tras los respectivos saludos se
sientan a cenar. Paco nota nerviosismo en el ambiente, pero no le da
importancia ya que solo por el hecho de estar allí, todos corren peligro. Están
hablando de la situación política cuando oyen un ruido fuera. De pronto se dan
cuenta de que los perros no han ladrado y Paco grita: ¡¡Es una trampa, nos han
delatado!! Al mismo tiempo da un salto, coge su arma, abre la puerta y sale a
la calle. Apenas ha recorrido cinco pasos cuando Paco cae herido en el estómago
y en el hombro izquierdo. Se arrastra como puede bajo la oscuridad de la noche
hasta el camino, saca su arma, se apunta a la sien y dispara. Paco cumple con
lo que dijo siempre que haría, que a él no le cogerían vivo.
Testimonio de
Maribel García, sobrina de Francisco García García en el libro “El Último
Guerrillero Álora” y dibujo del maquis sacado de internet