Pedro López Calle (1902 - 1977)
En esta época sufrió persecuciones y conoció las conducciones a pie de los detenidos y las prisiones. En 1917 asistió como delegado del grupo libertario «Hermanos Unidos» de Montejaque a la reunión de constitución de la Federación Regional de Grupos Anarquistas de Andalucía, celebrada a Morón, y en 1919 fundó en esta ciudad sevillana, con su gran amigo Antonio Rosado López --ambos pertenecían a la misma logia masonica--, Juventud Rebelde, órgano de expresión de esta federación.
En 1922 también representó «Hermanos Unidos» en la reunión anarquista del Arahal. En los años de la dictadura de Primo de Rivera continuó en la lucha y envió dinero pro-tomados a La Revista Blanca. Durante la II República española, con el visto bueno de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y para evitar el triunfo derechista, hizo de alcalde en dos periodos y fue admirado en toda la zona (Marbella, Estepona, Serranía de Ronda, etc.).
A finales de agosto de 1933, cuando era alcalde de Montejaque, fue detenido por orden del gobernador de Málaga, acusado de complicidad de haber provocado incendios en las montañas municipales de este pueblo. Con el levantamiento fascista de julio de 1936 y cuando se proclamó el comunismo libertario en Montejaque, fue el primero en poner su capital a disposición de la CNT. Después se hizo cargo de las milicias confederales de Ronda y comandó el Cuerpo de Milicias --después «Columna Pedro López»-- acantonado en San Pedro de Alcántara que llegó a controlar la comarca sur occidental de la Serranía de Ronda y que impidió durando todo el año 1936 que las tropas franquistas llegaran a la costa --eran conocidos como «Los amos de la Sierra».
En noviembre de 1936 intervino en el gran acto confederal de Málaga y cuando esta capital cayó a manos fascistas, se replegó con sus tropas hacia Motril y en Almería. Después, con su hermano Bernabé, combatió en la 61 Brigada --nombre que tomó su columna a raíz de la militarización-- al Jarama. Más tarde hizo de comisario en la División de Levante del Ejército republicano.
El marzo de 1939 fue detenido por la reacción comunista, pero consiguió huir. Hasta el final de la guerra fue secretario de Defensa del Comité Nacional de la CNT. Con el triunfo franquista, cruzó los Pirineos y fue encerrado en varios campos de concentración. Después pasó a América (Venezuela, Ecuador y México).
En 1946 formó parte de la Agrupación de Estudios Sociales de México, partidaria de la CNT del Interior. Durante un tiempo residió en Orán (Argelia) y en Casablanca (Marruecos) como enlace de la guerrilla anarquista que actuaba en la Serranía de Ronda encabezada por su hermano Bernabé. Después de la muerte del dictador Franco, en 1976 se estableció en Algeciras.
Pedro López Calle murió repentinamente el 18 de julio de 1977 en Algeciras (Cádiz, Andalucía, España) mientras jugaba a ajedrez y fue enterrado en Montejaque. Encontramos artículos suyos, muchos firmados bajo el pseudónimo Porvenir de Amor, en Acción, Juventud Rebelde y El Miliciano (usando el pseudónimo Tonto de la Columna). Es autor de los folletos Escucha, campesino y El problema de la tierra.
Bernabé López Calle (1899 - 1949)
También conocido como “comandante abril”, nació el año 1899 en Montejaque, Málaga.
Lideró la guerrilla del sur de Andalucía en los años cuarenta, desde las Sierras de Ronda y Grazalema, hasta el Campo de Gibraltar. Se marcha a la mili obligatoria en febrero de 1921 y es enviado a la guerra de Marruecos poco antes del desastre de Annual. En África aprende el manejo de las armas y es ascendido a cabo primero y posteriormente a sargento en la reserva, cuando se licencia en 1924. Bernabé vuelve condecorado a su pueblo y se casa.
En plena dictadura de Primo de Rivera, Bernabé ingresa en la guardia civil, cuerpo militar que había sido recientemente reformado y dotado de más medios. Se integra en el cuerpo como guardia 2º de caballería. Barcelona, la provincia de Sevilla y Antequera (Málaga) fueron destinos donde ejerció de guardia, y es este último destino lo que le supuso permanecer en zona republicana.
Al comienzo de la guerra civil su compañía se mantiene fiel al gobierno de la república, y es nombrado por sus mandos, enlace entre las fuerzas de la república y la alcaldía de Antequera. Bernabé se afilia a la CNT en los tempranos días de la contienda, algo que como ahora, no era posible estando dentro de la guardia civil.
Málaga cae a principios de 1937, y Bernabé se integra en el ejército y junto a sus hermanos, mujeres e hijos, parte hacia el frente de Teruel. La mujer y los hijos se establecen en Honrubia (Cuenca).
Es ascendido a comandante y en junio de 1938, se encuentra en el frente de Madrid, en la zona de Guadalajara, mandando el batallón de ametralladoras Nº 17, de la 70 brigada, de mayoría anarquista y encuadrada en la 14 división de Cipriano Mera.
El golpe de estado de Casado, llevará a Bernabé a liderar la 70 brigada, pues Mera apoya el golpe y Bernabé era uno de sus hombres de confianza. A pesar del éxito del golpe para anular el poder de Negrín y los comunistas, la paz no es negociada y se rinden. Bernabé disuelve la 70 brigada y abandona Madrid.
No se exilia como muchos combatientes republicanos y se marcha a Honrubia con su familia, donde se presenta a las nuevas autoridades. La prisión, un juicio y la expulsión de la guardia civil es lo que encontró en los siguientes años.
Recupera la libertad y vuelve a Montejaque, pero una denuncia de un falangista hace que se curse orden de busca y captura contra él. Un aviso antes de que fueran a por él hizo que Bernabé no se lo pensase y huyó de su casa. No estaba dispuesto a volver a la cárcel por delitos inexistentes.
La guardia civil localiza su emplazamiento y en un enfrentamiento en el monte logran herirle. Bernabé consigue huir y su hijo mayor decide acompañarle para no tener que entrar en el ejército para hacer el servicio militar obligatorio. La serranía de Ronda acoge a partidas dispersas de guerrilleros. Bernabé contacta con ellos.
La financiación de la guerrilla era necesaria y los terratenientes y propietarios son secuestrados para cobrar rápidos rescates que ayudan al mantenimiento de las partidas. Los sabotajes se suceden así como la propaganda guerrillera a los campesinos, que a la postre, era lo que se buscaba para captarlos como enlaces. La ansiada intervención de los aliados, hizo que en el año 1945 se creara la Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas, sector sur con integrantes sin distinción ideológica. En el 1946 Se constituye la Alianza de Fuerzas Democráticas, bajo el mando de Bernabé, donde ya es conocido como “Comandante Abril”.
Bernabé intentó aglutinar combatientes por encima de diferencias políticas, logrando una gran cohesión entre sus hombres, pero sus ideas libertarias no cuadraban con la línea a seguir de otro dirigente guerrillero del PCE, Pablo Pérez Hidalgo. Las diferencias entre ambos hicieron que se dividieran las fuerzas. Bernabé y sus hombres se instalaron en la zona de Cádiz, Pablo y los suyos fueron a la parte malagueña.
En 1947 el Decreto Ley de Bandidaje y Terrorismo instaura la consigna de la “Ley de fugas”, agravando la lucha contra la guerrilla y sus apoyos. La guardia civil tenía las manos libres para ajusticiar “in situ” a cualquier sospechoso de apoyar a la guerrilla, y por supuesto, a los propios guerrilleros. También se crearon las famosas contrapartidas, que consistían en grupos de guardias civiles simulando ser guerrilleros, portando armamento e indumentaria similares a los de la sierra. Su misión era el desenmascaramiento de los enlaces y desprestigio de los verdaderos guerrilleros al efectuar acciones impopulares entre la población.
En 1949 se crea la Agrupación Fermín Galán, aglutinando a las partidas de la zona. Bernabé es elegido jefe de la Agrupación y Pablo Pérez Hidalgo jefe del Estado Mayor. El campamento estable de la recién creada Agrupación se encontraba en la zona de Medina Sidonia.
Francisco Fernández Cornejo “Largo Mayo”, abandonó el campamento supuestamente en busca de suministros, pero desertó y se presentó en el cuartel de la guardia civil buscando la promesa de indulto si delataba a sus compañeros. “Largo Mayo” fue vestido de guardia civil, y en compañía de estos, guio a las fuerzas hasta el campamento de Bernabé.
Se esperó hasta el amanecer después de rodear el campamento donde pernoctaban seis guerrilleros. Las bombas de mano y los disparos de los veinte guardias mataron en el primer ataque a Juan Ruiz Huercano, “Capitán” e hirieron a Bernabé quien cubrió la retirada de los supervivientes, incluido su hijo, y aguantó hasta que acabaron con su vida. Veintitrés impactos de balas tenía en su cuerpo cuando lo encontraron. Cargaron en un mulo los cuerpos de los dos guerrilleros muertos y a la vista de todo el pueblo, los arrojaron en una fosa del cementerio de Medina Sidonia.
Lideró la guerrilla del sur de Andalucía en los años cuarenta, desde las Sierras de Ronda y Grazalema, hasta el Campo de Gibraltar. Se marcha a la mili obligatoria en febrero de 1921 y es enviado a la guerra de Marruecos poco antes del desastre de Annual. En África aprende el manejo de las armas y es ascendido a cabo primero y posteriormente a sargento en la reserva, cuando se licencia en 1924. Bernabé vuelve condecorado a su pueblo y se casa.
En plena dictadura de Primo de Rivera, Bernabé ingresa en la guardia civil, cuerpo militar que había sido recientemente reformado y dotado de más medios. Se integra en el cuerpo como guardia 2º de caballería. Barcelona, la provincia de Sevilla y Antequera (Málaga) fueron destinos donde ejerció de guardia, y es este último destino lo que le supuso permanecer en zona republicana.
Al comienzo de la guerra civil su compañía se mantiene fiel al gobierno de la república, y es nombrado por sus mandos, enlace entre las fuerzas de la república y la alcaldía de Antequera. Bernabé se afilia a la CNT en los tempranos días de la contienda, algo que como ahora, no era posible estando dentro de la guardia civil.
Málaga cae a principios de 1937, y Bernabé se integra en el ejército y junto a sus hermanos, mujeres e hijos, parte hacia el frente de Teruel. La mujer y los hijos se establecen en Honrubia (Cuenca).
Es ascendido a comandante y en junio de 1938, se encuentra en el frente de Madrid, en la zona de Guadalajara, mandando el batallón de ametralladoras Nº 17, de la 70 brigada, de mayoría anarquista y encuadrada en la 14 división de Cipriano Mera.
El golpe de estado de Casado, llevará a Bernabé a liderar la 70 brigada, pues Mera apoya el golpe y Bernabé era uno de sus hombres de confianza. A pesar del éxito del golpe para anular el poder de Negrín y los comunistas, la paz no es negociada y se rinden. Bernabé disuelve la 70 brigada y abandona Madrid.
No se exilia como muchos combatientes republicanos y se marcha a Honrubia con su familia, donde se presenta a las nuevas autoridades. La prisión, un juicio y la expulsión de la guardia civil es lo que encontró en los siguientes años.
Recupera la libertad y vuelve a Montejaque, pero una denuncia de un falangista hace que se curse orden de busca y captura contra él. Un aviso antes de que fueran a por él hizo que Bernabé no se lo pensase y huyó de su casa. No estaba dispuesto a volver a la cárcel por delitos inexistentes.
La guardia civil localiza su emplazamiento y en un enfrentamiento en el monte logran herirle. Bernabé consigue huir y su hijo mayor decide acompañarle para no tener que entrar en el ejército para hacer el servicio militar obligatorio. La serranía de Ronda acoge a partidas dispersas de guerrilleros. Bernabé contacta con ellos.
La financiación de la guerrilla era necesaria y los terratenientes y propietarios son secuestrados para cobrar rápidos rescates que ayudan al mantenimiento de las partidas. Los sabotajes se suceden así como la propaganda guerrillera a los campesinos, que a la postre, era lo que se buscaba para captarlos como enlaces. La ansiada intervención de los aliados, hizo que en el año 1945 se creara la Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas, sector sur con integrantes sin distinción ideológica. En el 1946 Se constituye la Alianza de Fuerzas Democráticas, bajo el mando de Bernabé, donde ya es conocido como “Comandante Abril”.
Bernabé intentó aglutinar combatientes por encima de diferencias políticas, logrando una gran cohesión entre sus hombres, pero sus ideas libertarias no cuadraban con la línea a seguir de otro dirigente guerrillero del PCE, Pablo Pérez Hidalgo. Las diferencias entre ambos hicieron que se dividieran las fuerzas. Bernabé y sus hombres se instalaron en la zona de Cádiz, Pablo y los suyos fueron a la parte malagueña.
En 1947 el Decreto Ley de Bandidaje y Terrorismo instaura la consigna de la “Ley de fugas”, agravando la lucha contra la guerrilla y sus apoyos. La guardia civil tenía las manos libres para ajusticiar “in situ” a cualquier sospechoso de apoyar a la guerrilla, y por supuesto, a los propios guerrilleros. También se crearon las famosas contrapartidas, que consistían en grupos de guardias civiles simulando ser guerrilleros, portando armamento e indumentaria similares a los de la sierra. Su misión era el desenmascaramiento de los enlaces y desprestigio de los verdaderos guerrilleros al efectuar acciones impopulares entre la población.
En 1949 se crea la Agrupación Fermín Galán, aglutinando a las partidas de la zona. Bernabé es elegido jefe de la Agrupación y Pablo Pérez Hidalgo jefe del Estado Mayor. El campamento estable de la recién creada Agrupación se encontraba en la zona de Medina Sidonia.
Francisco Fernández Cornejo “Largo Mayo”, abandonó el campamento supuestamente en busca de suministros, pero desertó y se presentó en el cuartel de la guardia civil buscando la promesa de indulto si delataba a sus compañeros. “Largo Mayo” fue vestido de guardia civil, y en compañía de estos, guio a las fuerzas hasta el campamento de Bernabé.
Se esperó hasta el amanecer después de rodear el campamento donde pernoctaban seis guerrilleros. Las bombas de mano y los disparos de los veinte guardias mataron en el primer ataque a Juan Ruiz Huercano, “Capitán” e hirieron a Bernabé quien cubrió la retirada de los supervivientes, incluido su hijo, y aguantó hasta que acabaron con su vida. Veintitrés impactos de balas tenía en su cuerpo cuando lo encontraron. Cargaron en un mulo los cuerpos de los dos guerrilleros muertos y a la vista de todo el pueblo, los arrojaron en una fosa del cementerio de Medina Sidonia.
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