Libertario
Hernández Illescas nacido en 1915 en Estepona-Málaga, de profesión albañil, se
incorporó en el movimiento libertario de adolescente convirtiéndose en un
activista reconocido por la comarcal de Algeciras, la zona de Gibraltar y en
Málaga, especialmente durante la guerra civil y la revolución.
Al
final del conflicto logró alcanzar la ciudad de Alicante y embarcar en el
“Stanbrook” (pasajero 365). Al lado de una infinidad de
compañeros sufrió las consecuencias de numerosos campos de concentración en
Argelia incluyendo Bouarfa y Colomb-Béchar donde fue enviado como esclavo para
trabajar en la construcción del tran-sahariano.
Después
de la segunda guerra mundial se instaló en Casablanca donde continuó militando
en las filas de la federación local de la CNT en el exilio. “El Libertario”,
apodo que le pusieron los compañeros en Casablanca, fue también un activo
miembro de la Asociación Cultural “Armonía” al lado de su compañera Carmela y de su hijo al que también llamo Libertario, al cual los hijos de los refugiados le pusimos el mote de
“Libe” para diferenciarlo con su padre. Este joven muchacho, compañero escolar
y acompañante de las aventuras que vivíamos todos los hijos que nacimos en el
exilio, murió a comienzo de los años 70, en un accidente de coche viajando de
Bruselas (donde estaba trabajando) a Lieja para pasar el fin de semana con su
madre.
“El
Libertario” entusiasmó a mi padre Vicente Ruiz Gutiérrez de cambiarse a un piso
que se había quedado vacío al lado del suyo en el primer piso del 44 Route
Oulad Ziane. Fuimos vecinos desde mediado de 1959 hasta abril de 1961,
conviviendo durante este tiempo las dos familias en forma colectivista.
Con
las dificultades que se fueron desarrollando en Marruecos “El Libertario” junto
con su familia decidieron tomar rumbo hacia otro país que los acogiera, también
nombrando Australia como otro punto geográfico favorable, como lo hicieron
muchos otros compañeros. En numerosas ocasiones le mencionaba al compañero
Vicente Ruiz Gutiérrez, “Vicente nos vamos para Australia y nos colocamos de
barrenderos, porque dicen que allí los barrenderos van limpiando las calles
fumándose puros”
En
1964 se expatrió con su familia a Bélgica estableciéndose en Lieja y continuó
militando en la FL de la CNT.
“El
Libertario” murió en Lieja el 14 de julio de 1967, en un accidente de trabajo:
mientras estaba esperando para cargar un camión en la fundición Cockerill de
Ougrée le cayó encima desde varios metros de altura una carroza que
transportaba varias toneladas de acero achicharrándolo inmediatamente. Tenía 52 años.
A comienzo de los años 70, su hijo el joven “Libe”, murió en un accidente de coche, viajando de Bruselas (donde estaba trabajando) a Lieja para pasar el fin de semana con su madre.
Carmela
la libertaria, como era conocida, murió la pobre desesperada. Durante 1977 tuve
la oportunidad con varios compañeros australianos hacer un recorrido por Europa
visitando los exiliados de la agrupación “Armonía” que se encontraban por
diferentes zonas de Europa. Cuando estuve en Bélgica visite la compañera
Carmela, jamás olvidaré como la pobre me abrazo y llorando me dijo que le
habían asesinado a su Libertario y Libe. Me tuvo en sus brazos por casi media
hora.
Dentro
de la agrupación de los hijos del exilio que nos llevábamos todos como hermanos
porque en realidad esa era nuestra familia, se desarrolló un pequeño grupo de
cinco jóvenes que estábamos siempre juntos Libe, Floreal, Delio, Andrés y yo
mismo.
Y
naturalmente al verme, la pobre Carmela recordó todas esas memorias.
*Notas
logradas de:
Enciclopedia
del anarquismos español de Miguel Iñiguez.
Espoir
del 19 de Noviembre 1967
Fuente: Recuerdos personales de Vicente Ruiz (hijo) del libro Memoria Histórica de la Asociación Cultural Armonía.
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