El 7 de enero de 1932 los anarquistas y socialistas de Marbella organizaron un gran mitin en el que participaron junto al líder socialista José Almengual y los sindicalistas Mateo Grisma (cuyo verdadero nombre era Antonio Morcillo Vázquez) y Paulino Diez, uno de los más activos líder anarcosindicalista de la época.
También en enero de 1932 a requerimiento de la UGT de Ojén (sindicato minero), los anarquistas de Marbella realizaron un acto público en el que junto a las críticas vertidas contra la compañía minera que explotaba las minas de hierro, prosigue la labor divulgativa de las ideas anarquistas.
Junto a Grisma, participó José Gómez, que centró su intervención en la crítica de los médicos locales. Esta crítica parece estar fundamentada en la inclinación de algunos libertarios de Marbella hacia la medicina naturista y el vegetarianismo.
Junto a Grisma, participó José Gómez, que centró su intervención en la crítica de los médicos locales. Esta crítica parece estar fundamentada en la inclinación de algunos libertarios de Marbella hacia la medicina naturista y el vegetarianismo.
Unos días más tarde Mateo Grisma y José Gómez fueron detenidos bajo la acusación de promover una huelga general en el municipio.
En septiembre de 1932 vuelve a formar parte de la junta directiva del Sindicato Único de oficios varios de Marbella como vocal.
A la Dra. Lucía Prieto Borrego le consta que los testimonios orales lo daban por muerto frente al río Real de Marbella cuando entraron las tropas nacionalistas en la localidad. Pero gracias a un manuscrito he podido comprobar que no fue así.
José Gómez se escapó de la cárcel sobornando a un carcelero borracho que abrió la puerta de su celda. Fue corriendo a su casa en donde se encontró a sus tres hijos: Eugenismo, Amapola y Elio (no quería nombres de santos para sus hijos), les puso una moneda de plata en la mano a cada uno y les dijo: "Decidle a vuestra madre que no hable de mí, ni para lo bueno ni para lo malo".
Como los franquistas lo daban por muerto, pudo llegar a Perpignan (Francia) donde se mantuvo en el exilio. Desde allí escribía a sus tres hijos y a su pareja: Josefa Jiménez Álvarez (no se casaron al no estar él a favor de tal costumbre).
Dejó de escribirles en la década de los 50 al sentarle mal que su hijo pequeño no fuese a Francia a verlo tras hacer el servicio militar en Gerona. Éste no pudo ir a verle porque al cruzar la frontera lo podían juzgar de prófugo y no hubiese podido regresar a España junto con su familia.
Creemos que José Gómez eligió Perpignan porque el líder socialista José Almengual estuvo exiliado allí después de la guerra civil, pero tal vez sea pura coincidencia.
Gracias a sus cartas, sabemos que su actividad como anarcosindicalista continuó en Francia, pero la CNT-AIT de Perpignan todavía no ha podido aportarnos más información, así que no sabemos cuándo ni dónde murió.
José Gómez era tan fiel a sus ideales que sobreponía su actividad política a su familia. Prefería que sus hijos comieran menos para poder compartir los vegetales de su huerto con los demás.
Él soñaba con un mundo diferente en donde existiera igualdad y dedicó su vida a luchar por ello.
Muchos de estos datos han sido obtenidos gracias al libro:
L. PRIETO BORREGO: Marbella, los años de la utopía. Estudio de una Comunidad Andaluza (1931-1936), Marbella, 1994, pp. 117-124.
Autor:
Javier López Ríos (biznieto de José Gómez Alcaide).
Fuente documento acta sindical Archivo Histórico de la CNT de Málaga, conservados en el Archivo Histórico Provincial.
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